Del panfletarismo teatral.
- Admin
- 23 oct 2020
- 4 Min. de lectura
Copio tal cual la pregunta que me hizo un colega fotógrafo el día de hoy sobre las obras presentadas en la Muestra Estatal de Teatro 2020: ¿por qué no le piden ayuda a videógrafos o fotógrafos para grabar? Es la gran duda que sale a relucir cuando se ve la calidad de la gran mayoría de los vídeos. Amerita aquí una observación importante para comparar convocatorias, pues la de la Muestra Nacional de Teatro exige que no haya cortes de edición y que se vea todo el escenario sin que en ningún momento haya ni zooms, ni paneos, ni cosa que se le parezca y absolutamente todos los trabajos han padecido de una u otra cosa. Incluso ante estas circunstancias pandémicas, generar productos de calidad debería ser fundamental. Más cuando se supone que una muestra recoge lo mejor del teatro de la entidad.

Grupo: Kar-pa
Obra: Volver a nacer
Autor: Pedro Martínez
Dirección: Pedro Martínez
Lo bueno....
Repetimos el acierto de grabarlo en un foro teatral. Por segunda vez se repite el Foro TIA, lo cual también habla de la buena disposición que existe para colaborar los unos con los otros en la comunidad teatral, o al menos eso es lo que parece. Afortunadamente, eso permite levantar este montaje, pues, a diferencia de La cita, aquí notamos que el tiro de cámara sí pudo ser más largo para permitir ver mejor a los actores en escena, hacerlo menos rígido en el trazo y permitirles mayor movilidad en el espacio.
En lo interpretativo, Adriana Calvo deja a un lado el trabajo de títeres que presentó antes en esta misma muestra y ahora nos regala un personaje más cimentado, con muchísimo más carácter y que nos permite verla mejor a ella en una total creación de Julieta. Destaco, sobre todo, que es el único personaje que tiene cambios de vestuario bastante apresurados y contínuos uno del otro, pero lo hace con buena velocidad considerando que los oscuros utilizados no presentan edición alguna, la música claramente no fue añadida en un proceso de postproducción.
Me llama la atención cómo algunas de las escenas que pudieran ser relevantes para el desarrollo de la historia no suceden dentro de la escena, sino fuera de ésta, recordándonos un poco a la pieza teatral, aunque el tono no deja de ser en todo momento completamente melodramático.
Lo malo....
Imposible no pasar por alto la cinta canela pegada a la mesa para hacer un mantel, ¿en verdad es tan difícil conseguir un simple mantel? Y además, ¿por qué está ahí esa mesa? No aporta absolutamente nada a la construcción del drama y, además, se ve fatal como el resto de la producción, que es paupérrima y no parece coherente con lo que los personajes presentan. Sin caer en clasismos, sino más bien en estereotipos, ambos personajes claramente no viven mal.
La historia, más que contarnos una anécdota con una sólida estructura dramática, se vuelve un panfleto más de la Secretaría de Salud que para un espectador que lleva más de 6 meses en confinamiento le puede resultar excesivamente repetitivo, pues hay muchísimas más cosas que suceden durante el encierro que no precisamente tienen que ver con estar o no con la enfermedad provocada por el virus. Por ello, en cierto punto de la narrativa, el final se vuelve completamente predecible.
El ritmo tampoco es el deseable, cuando el Doctor (Héctor Yañez) entra al cuarto de Ernesto (Raúl Padrón), no tarda nada en volver a salir, hizo la revisión médica en segundos, cuando pudo ser un buen momento para generar tensión con el personaje de Julieta y quizás, entonces sí, pudiera tirarse al piso a llorar esperando lo peor, pero no es así. Curioso resulta que el enfermo trae un cubrebocas menos sofisticado que los otros dos personajes, pero eso es debatible.
Por cierto que ese zoom a este capítulo de La rosa de Guadalupe en que Julieta se tira a llorar, no venía al caso en tanto todo lo estaban manejando en un mismo plano y saca de onda al espectador, lo distrae por completo y no llega a disfrutar del ambiente que ya se había construido.
Hay un momento en que la música es cortada abruptamente y es difícil no notarlo, sobre todo porque el volumen de ésta es muy alto. Lo ideal siempre es que pueda entrar un fade e irse desvaneciendo poco a poco, sobre todo para que, justamente, podamos transitar de una escena a otra ya que los oscuros están incluidos de forma constante en este ejercicio teatral.
Finalmente, y esto es para apelar a la sana distancia, sólo de oído era claro que había más de 3 personas detrás de cámara. ¡Cuánto riesgo para todos! ¡Sobre todo para las al menos 2 personas de la tercera edad de ese equipo!
La moraleja...
Dejemos los panfletos para las instituciones, que el fin principal del teatro es entretener. Que debe de haber un sentido social, estoy completamente de acuerdo, pero ante estas condiciones, me recuerda mucho cuando a los productores de Black Mirror les preguntaron este año sobre la siguiente temporada, y ellos contestaron: "hace meses que todo lo que pasa en el mundo parece como si viviéramos en un largo episodio de Black Mirror" (Álvarez, 2020 párr.3).
¿No has visto la obra? Vela aquí:
La invitación:
Comments